Termina un año muy difícil para el cuerpo docente de UCES donde, a los miedos y angustias personales, se le sumó una sobrecarga laboral inédita. En este año excepcional el cuerpo docente aportó su mejor predisposición y su mayor esfuerzo para garantizar la continuidad pedagógica, sin embargo, la Institución no estuvo a la altura de las circunstancias y agregó la carga de la inestabilidad laboral.
Luego de agotar todas las instancias habituales de comunicación con la institución decidimos enviar una carta al Rector solicitando una reunión de urgencia que permitiera abordar todos los temas que durante el año fueron degradando nuestras condiciones laborales y que sistemáticamente la UCES decidió ignorar. La nota fue recepcionada en Secretaría del Rectorado y hasta el momento no hemos tenido respuesta.
Durante 10 meses las y los docentes sostuvimos las clases utilizando nuestras computadoras, hicimos el esfuerzo económico para comprar hardware que mejorara las condiciones de las clases, usamos el servicio de conectividad y la energía eléctrica de nuestro hogar, pensamos y construimos nuevas estrategias para enseñar, triplicamos el tiempo de preparación de las clases y de corrección. Todo esto con el propósito de colaborar en el sostén del lugar de trabajo a pesar de que no somos docentes virtuales sino presenciales, batallando contra las contingencias que impuso la pandemia. Las y los docentes lo pusimos TODO, sudamos la camiseta, dejamos hasta nuestra salud logrando, con éxito, el curso normal de las actividades que se evidenció en un interesante incremento de la matrícula en algunas de las unidades académicas que permitió incluir a los relegados JTPs.
Por el contrario, la universidad aprovechó esta situación excepcional y ventajosa para avasallar derechos adquiridos, como el acuerdo que regía por el cual las mesas sin alumnos inscriptos serían liquidadas con dos horas cátedra. Al mismo tiempo, congeló salarios, otorgando un único aumento del 10 % en el mes de mayo, muy por debajo de la inflación. Se redujeron mesas de examen y se emitieron comunicados exigiendo sutilmente condiciones para el dictado de las clases, como por ejemplo el cambio de sistema operativo. Y, como frutilla del postre, UCES incumple la Ley de Contrato de Trabajo que estipula el 18 de diciembre como fecha límite para el pago del Aguinaldo o Sueldo Anual Complementario (SAC), obligándonos a esperar hasta al 6 de enero, con las dificultades que esto conlleva.
Al inicio del 2do cuatrimestre, invocando falsamente la baja de matrícula, la UCES redujo comisiones, paralizó la actividad en la sede de Tigre y unificó comisiones en todas las sedes, incluidas las del interior del país. Esto implicó una reducción en los salarios habituales afectando el contrato laboral y desconociendo los decretos vigentes en el DISPO en cuanto al resguardo del empleo (Decreto 329/20 y sucesivas prórrogas). En algunos casos, inclusive, dejando a docentes sin cobertura médica porque el salario percibido no llega a cubrir su costo. Paralelamente aumentaron las búsquedas laborales en la modalidad “Uces Virtual”. Teniendo en cuenta en qué condiciones se contrata al personal docente en este sector queda en evidencia la clara tendencia a adoptar formas de contratación que eluden los derechos establecidos en la Ley de Contrato de Trabajo. En vez de utilizar el sistema “Virtual” para solucionar la pérdida de horas del plantel docente, se lo usa para flexibilizar. Ese es el panorama a futuro si no ejercemos resistencia.
Solo la garantía de la ESTABILIDAD LABORAL (o sea, el respeto de la carga horaria histórica) puede honrar las leyes y decretos actuales y reconocer al plantel docente tanto esfuerzo realizado en el año.
A su vez se hace necesario un INCREMENTO SALARIAL de al menos un 25%, para poder comenzar el año que viene sin perder poder adquisitivo, y poder discutir en marzo un nuevo aumento.
La situación no es diferente en las sedes del interior, donde también recortan comisiones, desconocen la aplicación de las mismas condiciones laborales que en las sede de Buenos Aires y atrasan las titulaciones que hace tiempo deberían haber designado, generando discriminación regional.
Finalmente, preocupados por las condiciones en que se volvería a las clases presenciales en 2021 consideramos indispensable nuestra participación activa en las Comisiones de Salud, Seguridad e Higiene, donde se define el protocolo para el regreso de estudiantes, personal administrativo y docentes que posibilite la vuelta a las aulas en forma segura para la salud de todas y todos.
Por todo esto es que consideramos que el peso de la pandemia recayó en el cuerpo docente, la Universidad no aportó NADA, solo exigencias, explotación y menoscabo de la jerarquía académica de las y los profesores.
Queremos volver a las aulas y recomenzar el ciclo lectivo, pero el esfuerzo debe ser compartido.
Los tiempos que se avecinan nos encontrarán en estado de Alerta y Movilización y solo la fuerza del cuerpo docente organizado, a través de su Sindicato SADOP, podrá lograr los cambios que todos anhelamos.
Como siempre, estamos en contacto y a disposición
¡Muchos saludos! ¡Por un 2021 donde se respeten nuestros derechos!
Cuerpo de Delegados de SADOP en UCES.
1 comentario:
Estimados: ¿se genera deuda por parte del afiliado si el sueldo no cubre el aporte a la O.S. (o como en el caso de enero, que no hay aportes directamente)? Muchas gracias.
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